La paciencia fue la mayor recompensa para los poco más de 50 aficionados que acudieron a recibir a la Selección Mexicana en su llegada a Guadalajara. Aunque se esperaba que el equipo de futbol nacional arribara poco después de las seis de la tarde, lo hizo con un retraso de dos horas y 20 minutos bajo la dirección de Javier Aguirre.
A pesar del cansancio evidente, el ánimo no decayó. Los aficionados estallaron de júbilo cuando el autobús marcado del equipo nacional emergió por una entrada trasera del hotel donde se hospedarán durante los próximos tres días.
¡Llegaron nuestros guerreros a tierras tapatías!
Un grupo de aficionados fueron a recibir al Tricolor pese a los malos resultados…
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La comitiva fue encabezada por Duilio Davino, quien junto a algunos integrantes del cuerpo técnico de Javier Aguirre, descendieron del vehículo para animar aún más a la multitud.
La Selección Mexicana ya llegó a Guadalajara para su próximo encuentro contra Estados Unidos; Raúl y Ochoa fueron los jugadores más ovacionados…
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El primero en bajar fue César Huerta, desatando una locura inmediata. Los aficionados comenzaron a gritar “Chino, Chino”, pidiendo su atención mientras se preparaban para el evento.
César Montes, Johan Vásquez y Rafael Márquez descendieron del vehículo, y la emoción entre la afición era evidente. Los gritos de apoyo resonaban, aunque el Káiser se tomó un tiempo adicional para saludar a todos.
La euforia alcanzó su punto máximo con los futbolistas que han sido parte del Guadalajara: Roberto Alvarado, Gilberto Orozco Chiquete, Orbelín Pineda y Alexis Vega hicieron lo posible por firmar tantas camisetas como fuera posible.
En un giro inesperado, Javier Aguirre apareció del transporte, manteniéndose reservado y limitándose a un “hola” general, sonriente, antes de seguir pensando en la alineación que utilizará ante Estados Unidos.
El momento culminante de la llegada lo protagonizaron los últimos en descender
Guillermo Ochoa y Raúl Jiménez recibieron el cariño de los aficionados. Un coleccionista que tenía camisetas del Atlético de Madrid, Benfica, Wolverhampton y Fulham, que son los clubes donde ha jugado el Lobo de Tepeji, sorprendió a Jiménez, quien firmó todo y posó para fotos con él.
Otro jugador que también quedó impresionado fue Ochoa. Paco Memo encontró un par de guantes gigantes, los firmó sonriente y atendió a los aficionados restantes, siendo nuevamente quien más tiempo pasó con los seguidores.
Así llegó el Tricolor a Guadalajara, con el espíritu por las nubes gracias al cariño de los hinchas, pero con la carga de responsabilidad de vencer en el primer Clásico de la Concacaf contra un debilitado Estados Unidos dirigido por Mauricio Pochettino.